jueves, 27 de mayo de 2010

Mudo Entendimiento

Mudo Entendimiento

Si en silencio nos ahogamos, nos sumergimos juntos, una cosa puede suceder: El ensimismamiento. Éste, sólo conduce a la individualidad. No hablaré por ti, pero es probable que yo llegue a pensar en ese instante en que casi, sólo casi, podría verte como algo “mío”, como una propiedad. En un principio, sé que te desagradaría la idea: Eres un alma libre, eres de ti, yo quién soy para nominarte. Entonces te respondería partiendo de cómo me siento yo. Es ahí donde entraría el “casi”. Puedo ser de alguien, de quien sea, y seguir siendo yo, y creo que por eso es que te gustaría tenerme, poseerme, sentir que en mi vida tienes la valía, el peso, la importancia de protegerme y a la vez, de que te proteja. ¿Protegerte de qué? De ti, de aquéllos, de mí, no importa por ahora. El punto es que sentirse resguardado contra algo. Me guardas, te guardo. Una especie de convenio.

El convenio significa un acuerdo, entre dos o más voluntades. Entonces me pregunto si tú aceptarías o aceptas tal convenio. Para saberlo, tengo que abrir la boca, que emitir sonidos sucesivos que nos profanen, que enciendan la hoguera, y uno de los dos ardiera en la pira.

No pretendo ser tu hereje.

Por eso, si te estreché con más fuerza y no te dije nada, si te di un beso cerca de tu boca, si suspiré y hundí mi cara entre tu hombro y tu cuello o en tu pecho, si acaricié tu rostro, y de repente me quedé inmóvil… fue por no romper el mutuo acuerdo.

Sh… ¿ahora nos entendemos?

27/Mayo/2010

México, D. F.

9:52 p.m.